PASIÓN
Es curioso que a pesar de haber compartido tantos y tantos años de mi adolescencia con la misma persona, jamás las letras de mis escritos bailaron a su son. Cielo y tierra, el dolor acumulado en tantos y tantos llantos desesperados, hacen que solo una palabra sea capaz de traspasar mi herida, y abrirla de nuevo. Pues pese a que siempre pregoné a otros delante de él, es cierto que su pasión me tenía atrapada, sus rarezas, sus miradas pérdidas en el horizonte, y sus silencios.
Tan siquiera un te quiero, un te he echado de menos, un lo siento a tiempo, sólo la nada, y el saber que existía una dependencia entre ambos, un imán que nos atraía el uno hacia el otro, menguando toda fechoría o maldad anterior.
El magnetismo era tal que recuerdo a la perfección la primera vez que la rabia y los celos enrojecieron sus ojos, dejando a la luz su alma. Él tenía claro que yo era suya, y por unos segundos fui arrebatada de su lado.
Bebíamos juntos en una discoteca de las afueras de una pequeña ciudad de la costa. Él estaba respaldado por sus amigos, y yo, en mi afán de permanecer a su lado, estaba sola, pues me sentía protegida por todo aquello que él y yo compartíamos. Cuando entramos, casualidades de la vida, me crucé con el gran fantasma del pasado, y sin poder evitarlo me dirigí hacia aquel espectro dispuesta a conseguir la disculpa que bien me había merecido antaño. Pero, ¿qué decir?, soy una blanda, y cuando entrego a alguién mi corazón, siempre le dejo una parte de él para que lo conserve por siempre. Le comenté algo de ese "lo siento anhelado", pero tras una aproximación, terminamos fundidos en un fuerte abrazo y la promesa de hablar todo con más tranquilidad con un café.
Cuando volví al lado de los demás, él no dijo nada, sino que me miró enfurecido, me asió de la mano(cosa que no hacía nunca en público), y me arrastró hacia la barra, pero algo me lo impedió. Mi fantasma cogía mi otra mano, y me hacía una señal para que le escuchara por un momento. Tenía pocos segundos para reaccionar y había bebido demasiado. Me acerqué al espectro, pues no podía, no quería negarle la palabra, y volví lo más rápidamente posible con quién realmente quería estar esa noche, aunque no lo estuviera demostrando.
Cuando salíamos de la discoteca ambos buscábamos excusas para no regresar a casa directamente, pero parecía imposible deshacernos de uno de sus amigos.
Decidimos ir a un sitio apartado de la civilización donde poder seguir la marcha, con la música del coche acompañándonos y aquel personajillo que no se decidía a irse a casa y dejarnos un rato a solas.
En un momento de las noche, tras muchas horas de fiesta, me acerqué a él para indicarle que debía ausentarme un minuto, para que supiera dónde estaba y vigilara que no viniera nadie. Sin ton ni son, recuerdo verlo acercarse ferozmente , y sin decir palabra se abalanzó sobre mi , me plantó un beso con tal pasión que pude sentir su rabia acumulada durante la noche. Su amigo nos miraba atónito, y por fin decidió marcharse.
Sé que mucha gente se compadeció de mi por soportar muchas de las cosas que él me hizo, otros sufrían al ver mi pasividad, y el dolor que acumulaba día a día. Pero nunca nadie jamás entendió las cuerdas invisibles que me ataban a él con fuerza. Creo que él lo sabía, en aquellos tiempos yo era la única persona que conocía y comprendía sus inquietudes. Yo había recorrido parte de mi camino, pero él solo había puesto un pie en la senda, y todo su ser le pedía, le exigía que recorriera más mundo. Si en aquel momento se hubiera entregado a mi, jamás hubiera sido libre. Todavía no había llegado su hora, sino que le sorprendió años después de manos de otra mujer.
Sólo espero que sea feliz, y que en un pequeño rincón de su corazón sepa que él conservará una parte del mio eternamente.
Tan siquiera un te quiero, un te he echado de menos, un lo siento a tiempo, sólo la nada, y el saber que existía una dependencia entre ambos, un imán que nos atraía el uno hacia el otro, menguando toda fechoría o maldad anterior.
El magnetismo era tal que recuerdo a la perfección la primera vez que la rabia y los celos enrojecieron sus ojos, dejando a la luz su alma. Él tenía claro que yo era suya, y por unos segundos fui arrebatada de su lado.
Bebíamos juntos en una discoteca de las afueras de una pequeña ciudad de la costa. Él estaba respaldado por sus amigos, y yo, en mi afán de permanecer a su lado, estaba sola, pues me sentía protegida por todo aquello que él y yo compartíamos. Cuando entramos, casualidades de la vida, me crucé con el gran fantasma del pasado, y sin poder evitarlo me dirigí hacia aquel espectro dispuesta a conseguir la disculpa que bien me había merecido antaño. Pero, ¿qué decir?, soy una blanda, y cuando entrego a alguién mi corazón, siempre le dejo una parte de él para que lo conserve por siempre. Le comenté algo de ese "lo siento anhelado", pero tras una aproximación, terminamos fundidos en un fuerte abrazo y la promesa de hablar todo con más tranquilidad con un café.
Cuando volví al lado de los demás, él no dijo nada, sino que me miró enfurecido, me asió de la mano(cosa que no hacía nunca en público), y me arrastró hacia la barra, pero algo me lo impedió. Mi fantasma cogía mi otra mano, y me hacía una señal para que le escuchara por un momento. Tenía pocos segundos para reaccionar y había bebido demasiado. Me acerqué al espectro, pues no podía, no quería negarle la palabra, y volví lo más rápidamente posible con quién realmente quería estar esa noche, aunque no lo estuviera demostrando.
Cuando salíamos de la discoteca ambos buscábamos excusas para no regresar a casa directamente, pero parecía imposible deshacernos de uno de sus amigos.
Decidimos ir a un sitio apartado de la civilización donde poder seguir la marcha, con la música del coche acompañándonos y aquel personajillo que no se decidía a irse a casa y dejarnos un rato a solas.
En un momento de las noche, tras muchas horas de fiesta, me acerqué a él para indicarle que debía ausentarme un minuto, para que supiera dónde estaba y vigilara que no viniera nadie. Sin ton ni son, recuerdo verlo acercarse ferozmente , y sin decir palabra se abalanzó sobre mi , me plantó un beso con tal pasión que pude sentir su rabia acumulada durante la noche. Su amigo nos miraba atónito, y por fin decidió marcharse.
Sé que mucha gente se compadeció de mi por soportar muchas de las cosas que él me hizo, otros sufrían al ver mi pasividad, y el dolor que acumulaba día a día. Pero nunca nadie jamás entendió las cuerdas invisibles que me ataban a él con fuerza. Creo que él lo sabía, en aquellos tiempos yo era la única persona que conocía y comprendía sus inquietudes. Yo había recorrido parte de mi camino, pero él solo había puesto un pie en la senda, y todo su ser le pedía, le exigía que recorriera más mundo. Si en aquel momento se hubiera entregado a mi, jamás hubiera sido libre. Todavía no había llegado su hora, sino que le sorprendió años después de manos de otra mujer.
Sólo espero que sea feliz, y que en un pequeño rincón de su corazón sepa que él conservará una parte del mio eternamente.
22 comentarios
satin{Hc} -
alicia -
belen -
belen -
vito -
"No hay castigo más duro que el que se da con el látigo de la indiferencia...!".
Ole...
Trantor -
No se si sentirlo o alegrarme porque te haya pasado esto, a veces lo que mas nos duele es lo que mas nos ayuda.
ricky -
silvia -
la hora de las brujas -
un abrazo
Es mi historia? -
Es mi historia? -
la hora de las brujas -
Besitos
vito -
Besitos... cachu...
la hora de las brujas -
Marlene, quizá yo tampoco la veía así en aquellos tiempos, sino que luego he abierto los ojos.Yo también te quiero un montón y estoy deseando que llegue el catorce. Nuestro primer viaje juntas...Besitos
marlene -
belen -
la hora de las brujas -
Un abrazo
Silvia, claro que te suena, la viviste conmigo, y creo que tú eras una de las que sufría por mi dolor. Gracias siempre por estar ahí en esos momentos.
Hellcat, completamente de acuerdo. Ahora yo lo recuerdo con cariño, así que lo dejaremos en bonita...Leí tus relatos, y me parece que estás haciendo una labor admirable quitando tabús de la mente de los demás. Un abrazo
Inma, muchas gracias!la verdad es que si, me ha costado mucho tiempo darme cuenta, pero no cambiaria aquellas experiencias por nada.
Makary creo que lo has entendido perfectamente, ojalá y hubiera habido alguien en aquel momento que lo comprendiera igual que tú lo has comprendido hoy.
Gracias a todos por vuestros comentarios, que me animan a escribir y a sacar fuera una parte de mi.
Makary -
lo que tu cuentas puede sonar triste, o lo mas bonito del mundo, llegar a conocer a alguien y aceptarle, intentando comprender y no dando cosas por sentado, con la mente despejada, hasta llegar a conocer un poco de su esencia y asi poder ver su arcoiris
imma -
Me gusta mucho lo que escribes y como lo escribes.
:)
Hellcat -
silvia -
Turandot -
Un abrazo