SOLEDAD
Una aureola de oscuridad cubre mi cuerpo, mi alma, y mi razón de ser. Y es que he perdido mi propia batalla, he terminado mi lucha y la luz ha dejado de existir.
Hoy estoy triste, inmensamente triste y padezco del síndrome de la soledad, soledad de amor...
Un día te levantas y han pasado 24 años de tu vida, y te preguntas si era tan inmensamente difícil que te dieran ese abrazo en el mar que siempre deseaste, ese te quiero anhelado al que querías corresponder. Es complicado cuando sabes que has dado todo el amor que tenías dentro, todos los sueños, y nadie ha querido quedarse con ellos.
Al principio de todas y cada una de las pesadillas que suponen las despedidas te prometes olvidar, quererte más a ti misma y en tus adentros luchas porque sigues queriendo cuidar de esa persona, tenerla a tu lado por siempre, incapaz de no perdonarle sus fechorías o sus maldades, independientemente del daño que hayan podido ocasionarte. Pero pese a que perdonas,dispuesta a empezar de cero, sigues sin conseguir nada de lo que esperabas, ni sigue a tu lado, ni la rueda de la fortuna rula para ti.
¿y quién o qué es lo que enseña a quererse uno mismo?¿cómo evitar nadar en la ambigüedad de tu alma?¿Cómo apartar el espectro de la soledad de tu corazón?
Lágrimas que inundan todo mi ser, y sin embargo una sensación de sed se apodera de mi cuerpo. No quieres llorar, pero las puertas del mañana comienzan a abrirse y caes en que tienes que cruzarlas sola. Entornas los ojos para no verlo, para imaginar que todavía te quedan muchos años, pero los que pesan son los ya vividos.
No puedes evitar echar de menos a muchas personas, ciega ante las que tienes ahí. Pero la vida es a veces así de cruel, anhelas a la gente cuando la has perdido y terminas idolatrando justo al que menos se lo merece, invidente de todo lo que te rodea, atraida por lo seductor de la maldad, empezando a saborear tu propio infierno.
Hoy estoy triste, inmensamente triste y padezco del síndrome de la soledad, soledad de amor...
Un día te levantas y han pasado 24 años de tu vida, y te preguntas si era tan inmensamente difícil que te dieran ese abrazo en el mar que siempre deseaste, ese te quiero anhelado al que querías corresponder. Es complicado cuando sabes que has dado todo el amor que tenías dentro, todos los sueños, y nadie ha querido quedarse con ellos.
Al principio de todas y cada una de las pesadillas que suponen las despedidas te prometes olvidar, quererte más a ti misma y en tus adentros luchas porque sigues queriendo cuidar de esa persona, tenerla a tu lado por siempre, incapaz de no perdonarle sus fechorías o sus maldades, independientemente del daño que hayan podido ocasionarte. Pero pese a que perdonas,dispuesta a empezar de cero, sigues sin conseguir nada de lo que esperabas, ni sigue a tu lado, ni la rueda de la fortuna rula para ti.
¿y quién o qué es lo que enseña a quererse uno mismo?¿cómo evitar nadar en la ambigüedad de tu alma?¿Cómo apartar el espectro de la soledad de tu corazón?
Lágrimas que inundan todo mi ser, y sin embargo una sensación de sed se apodera de mi cuerpo. No quieres llorar, pero las puertas del mañana comienzan a abrirse y caes en que tienes que cruzarlas sola. Entornas los ojos para no verlo, para imaginar que todavía te quedan muchos años, pero los que pesan son los ya vividos.
No puedes evitar echar de menos a muchas personas, ciega ante las que tienes ahí. Pero la vida es a veces así de cruel, anhelas a la gente cuando la has perdido y terminas idolatrando justo al que menos se lo merece, invidente de todo lo que te rodea, atraida por lo seductor de la maldad, empezando a saborear tu propio infierno.
6 comentarios
alicia -
Hellcat -
Un beso
Tefi -
lahoradelasbrujas -
victoria -
Lo siento chiqui... pero ser la reina de las pesimistas... no te favorece en nada... y lo sabes.
Siempre miramos lo que perdemos y nunca lo que tenemos... así que no te quejes chata... porque existe gente en el mundo que ha perdido hasta su soledad... y eso... eso... si que es duro.
Sí!!! aunque parezca cachondo es así, existen personas en el mundo que pierden su soledad, sus sentimientos, sus ideas, sus... y ya no son ni... eso sí que es el verdadero infierno, eso sí que es perderte en el mundo, eso sí que es sentirte incomprendido porque la comprensión en estos casos es imposible.
Cariño... ¡despierta... vive... que vales mucho... y no llores por lo que se fue porque lo que viene es... mejor. Besitos.
Turandot -
Un abrazo.