BORRÁNDOTE
Te observo en la distancia, a lo lejos, separados por miles de alientos, y pese a que cierro los ojos fuertemente, puedo dibujar tu silueta, cada uno de tus gestos, tu sonrisa...
Intento borrar partes de tu existencia, pero oigo tus susurros a través del teléfono. Y me quedo muda, y me presiento sorda. Sorda ante los consejos de olvido. Muda a los gritos que me exigen una fortaleza de la que carezco.
Porque yo no sé de olvidos y sí de nostalgias, de deseos, de sueños. Porque lo que siento, bueno o malo, placentero o doloroso, son cada uno de los hilos que me mantienen con vida. Y me niego a no sentir, aunque a veces nade en la tristeza, pese a que eche de menos, a pesar de que duela.
¿Es que prefieres quedarte en el infierno?Quizá sea incomprensible. Lo sé. Lo sabéis. Pero si quedarse significa no olvidar, amar con locura, regalar partes de tu alma, no esperar nada...entonces me quedo. Y decoraré el infierno, lo cuidaré...colgaré silencios, pintaré paredes con ausencias, y caminaré en alfombras de nostalgias...porque al fin y al cabo, el cielo sin él, no es cielo.